Cuando hablamos de yoga estamos refiriéndonos a una disciplina que ha evolucionado en diferentes estilos y formas, cada una con sus propios enfoques, técnicas y objetivos. Dependiendo de lo que busques en tu práctica, hay un tipo de yoga más adaptado o adecuado para ti y tus necesidades. En este artículo te presentamos los principales tipos de yoga, sus diferencias y cómo elegir el que más se ajuste a tus objetivos.

Tipos de yoga físicos: Asanas

El yoga más físico se centra principalmente en la práctica de asanas, que son las posturas corporales. Existen diversas variantes que se clasifican según la intensidad del movimiento, la exigencia física y el enfoque en la mente así como en la respiración.

Yoga estático

El yoga estático se caracteriza por mantener las posturas durante un período prolongado de tiempo, lo que permite profundizar en ellas, mejorar la flexibilidad y trabajar la fuerza. Algunos de los estilos más conocidos en esta categoría son:

  • Hatha Yoga: Este es uno de los tipos más clásicos y conocidos de yoga. Se practica manteniendo las posturas por varios minutos, lo que ayuda a alinear el cuerpo y a desarrollar fuerza y flexibilidad. Es ideal para principiantes, ya que las posturas son accesibles y no se necesita un alto nivel de condición física.
  • Iyengar Yoga: Esta modalidad hace énfasis en la alineación corporal y el uso de accesorios como bloques y cintas para lograr una ejecución precisa de las posturas. Las posiciones se mantienen durante más tiempo, lo que aumenta el enfoque en el cuerpo y la mente.

Este tipo de yoga es ideal para quienes buscan trabajar la concentración, la alineación y la fuerza en un ambiente más calmado.

Yoga dinámico

El yoga dinámico se caracteriza por la fluidez de las posturas, lo que genera una práctica más exigente a nivel cardiovascular y físico. Entre los tipos de yoga dinámico más populares están:

  • Vinyasa Yoga: En este estilo, las posturas se enlazan mediante movimientos fluidos al ritmo de la respiración. Cada transición está sincronizada con la inhalación o la exhalación, lo que convierte la clase en una especie de «danza». Este estilo es ideal para quienes buscan una práctica más intensa y fluida.
  • Ashtanga Yoga: Es un estilo más rígido y estructurado que el Vinyasa. Las secuencias de posturas son siempre las mismas y se ejecutan en un orden específico. El Ashtanga Yoga es físicamente desafiante y requiere constancia, ya que con el tiempo se van añadiendo más posturas.
  • Power Yoga: Una versión moderna del Ashtanga, más enfocada en el desarrollo de fuerza, resistencia y flexibilidad. Es una práctica vigorosa, perfecta para quienes buscan combinar los beneficios del yoga con un entrenamiento intenso.

El yoga dinámico es perfecto para quienes desean un ejercicio más físico, mejorar la resistencia y la fuerza, y prefieren una práctica más activa a nivel corporal.

Yoga pasivo

El yoga pasivo se enfoca en la relajación y el estiramiento más intenso y profundo. Las posturas se mantienen durante largos periodos de tiempo, pero sin tensión muscular. Algunos estilos destacados son:

  • Yin Yoga: En este estilo, las posturas se mantienen durante varios minutos (a veces hasta cinco minutos o más) y se dirigen principalmente a los tejidos conectivos, como los ligamentos y las articulaciones. Es una práctica tranquila y meditativa que promueve la flexibilidad y la liberación de tensiones.
  • Yoga Restaurativo: Se utilizan accesorios como mantas, bloques y cojines para soportar el cuerpo en las posturas, permitiendo una relajación profunda. Es ideal para la recuperación y para reducir el estrés y la ansiedad.

Este tipo de yoga es recomendable para quienes necesitan liberar tensiones físicas y mentales, y buscan una práctica de introspección y calma.

¿Qué tipo de yoga elegir?

Elegir el tipo de yoga adecuado depende de varios factores, como tus objetivos personales, tu nivel de condición física, y tu estado emocional o mental. La clave es probar varios estilos hasta encontrar el que mejor se ajuste a ti.

¿Cómo saber cuál me va mejor?

Aquí hay algunas preguntas que pueden ayudarte a determinar qué estilo de yoga es el más adecuado para ti:

  • ¿Buscas una práctica física intensa? Si tu objetivo es mejorar tu condición física y ganar fuerza, el Vinyasa, Ashtanga o Power Yoga podrían ser las mejores opciones para ti.
  • ¿Prefieres una práctica más calmada y enfocada en la flexibilidad? Si lo que necesitas es relajarte y mejorar tu flexibilidad sin tanto movimiento, el Hatha, Iyengar o Yin Yoga serían más adecuados.
  • ¿Te sientes estresado o necesitas una recuperación física? El Yoga restaurativo es perfecto para aquellos que buscan liberar tensiones profundas y recuperarse tanto física como emocionalmente.
  • ¿Buscas un equilibrio entre mente y cuerpo? Si lo que te interesa es el balance entre actividad física y calma mental, el Hatha Yoga o el Vinyasa pueden ser una buena opción, ya que incluyen tanto trabajo físico como una fuerte conexión con la respiración.

¿Se puede cambiar?

Sí, no solo es posible, sino que es recomendable cambiar de estilo de yoga según tus necesidades en ese periodo de tiempo. A medida que evolucionas en tu práctica, puedes notar que tus intereses y objetivos cambian. Por ejemplo, podrías comenzar con una práctica de yoga dinámica como el Vinyasa, pero después sentir la necesidad de explorar algo más introspectivo y calmado como el Yin Yoga.

No hay una regla estricta, y muchos practicantes disfrutan de combinar diferentes estilos para lograr un enfoque más completo.

Beneficios de practicar diferentes tipos de yoga

Independientemente del estilo de yoga que elijas, todos ofrecen numerosos beneficios para el cuerpo y la mente. Aquí te mencionamos algunos de los principales:

  1. Mejora de la flexibilidad y fuerza: Todos los estilos de yoga implican posturas que mejoran la flexibilidad y fortalecen los músculos, aunque los estilos dinámicos tienden a trabajar más intensamente la fuerza muscular.
  2. Reducción del estrés: Las prácticas de yoga ayudan a activar el sistema nervioso parasimpático, responsable de la relajación y recuperación. El yoga pasivo, como el Yin o el Restaurativo, es particularmente eficaz para reducir el estrés.
  3. Mejora de la postura y alineación corporal: Estilos como el Iyengar Yoga ayudan a alinear el cuerpo correctamente, lo que puede prevenir lesiones y mejorar la postura.
  4. Mayor conciencia corporal: El yoga promueve la conexión entre la mente y el cuerpo, lo que mejora la conciencia corporal y ayuda a prevenir movimientos que pueden generar dolor o lesiones.
  5. Equilibrio emocional: El enfoque en la respiración y la meditación en muchas prácticas de yoga ayuda a calmar la mente, reducir la ansiedad y mejorar el bienestar emocional.

Practicar diferentes tipos de yoga puede ofrecer un enfoque más completo y saludable a tu vida en tu día a día. Puedes elegir un estilo más físico para algunos días y otro más calmado cuando necesites relajarte o enfocarte en la meditación. La diversidad de estilos te permite adaptarte a tus necesidades en cada momento, haciendo del yoga una herramienta versátil para el equilibrio integral.

En Adaptia disponemos de un equipo entero a tu disposición para asesorarte y recomendarte que estilo se adapta más a tu momento actual y sobre todo nos podemos adaptar a esos cambios que uno necesita de estilo en algunas ocasiones, haciendo así de la práctica del yoga algo completamente preparado y diseñado para tus objetivos.

No lo dudes, contáctanos y empieza a disfrutar del yoga a otro nivel completamente diferente.

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